Muy buenas tesoros, qué tal? Ahora que estamos con el verano a cuestas, he querido rescatar un tema que hacía mucho que quería tocar, se trata del Intermitent fasting o ayuno intermitente, que se ha puesto en boga durante el último año.
Hay diferentes modalidades, como ayunar solo algunas horas, ayunar consumiendo 500 calorías al día, dejar de comer días enteros o bien, ayunar los días en que no se realiza deporte,… Como veis hay muchas maneras de realizar este ayuno intermitente, unos más drásticos que otros, pero hoy me centraré en la opción de ayuno intermitente que considero menos agresiva para el cuerpo, el ayuno 16/8.
Este ayuno consiste en dejar de hacer ingestas de comida sólida durante 16 horas y realizar las comidas que faltan en las 8 horas restantes. Generalmente, se suele cenar pronto y se hace coincidir parte de las 16 horas con el horario de descanso, de manera que este ayuno se hace más fácil de seguir. Seguidamente, si las 16 horas se cumplen a media mañana, se inicia la ingesta calórica con la comida de media mañana y después se continúa con las comidas habituales.
Los defensores, de esta tendencia recomiendan hacerlo una o dos veces por semana porque ayuda a reducir grasa, perder peso y reducir la hipertensión. Asimismo, la medicina antienvejecimiento utiliza este tipo de ayuno, porque diferentes estudios han demostrado que ayuda a renovar las células a nivel mitocondrial ya que el ayuno intermitente (una vez a la semana los días que no se realiza ejercicio) ralentiza el envejecimiento celular e incrementa la esperanza de vida, al alterar la actividad de las mitocondrias en nuestras células.
¿Desventajas del ayuno intermitente?
En primer lugar, si seguimos haciendo ejercicio y no organizamos las ingestas según los horarios en qué tenemos previsto entrenar, nos pueden dar mareos e hipoglucemias. Asimismo, si somos deportistas de endurance notaremos como el rendimiento disminuye y que aumentan las posibilidades de lesión.
En segundo lugar, si hacemos estos ayunos y no cambiamos la manera de alimentarnos, si seguimos ingiriendo las mismas calorías que antes, si seguimos consumiendo en exceso grasas saturadas, bollería industrial,… no adelgazaremos ni perdemos peso. Este tipo de ayunos deberían ir de la mano de una dieta bien planteada para perder peso y reducir grasa, sino estaremos perdiendo el tiempo.
Y por último, si los ayunos intermitentes no se realizan correctamente, hay muchas posibilidades de perder masa muscular. El hecho de dejar de aportar nutrientes a nuestro cuerpo durante 16 horas, hará que entremos en una situación de catabolismo, es decir, nuestro cuerpo al no recibir alimento, acabará por nutrirse de nuestros propios tejidos consumiendo de esta manera el músculo y acabando poco a poco con la masa muscular, por este motivo es muy importante realizarlos los días que no entrenamos y hacer coincidir parte de este ayuno con las horas de sueño.
Recomendaciones del ayuno intermitente
Es recomendable acudir a un profesional para que nos diseñe una dieta lo más adaptada a nuestro ritmo de vida, preferencias y objetivos y realizar estos ayunos intermitentes siempre bajo supervisión médica los días que no tengamos que entrenar.
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